jueves, 15 de diciembre de 2016

¿DE VERDAD EL OBJETIVO DE LA VIDA ES SER FELICES? YO CREO QUE NO

        ¿EL OBJETIVO DE ESTA VIDA ES SER FELICES?

Claro que sí ¿no? Es como evidente... Yo también lo he creído y lo he predicado muchas veces. Pero me he dado cuenta de que no es así. Sé que a alguno os extraña pero os invito a seguir leyen
do.

Tengo en mi contra no sólo toda la filosofía moderna sino mucha de la antigua, desde Aristóteles hasta Nietzsche. 

Es más, esto es una herejía moderna de las más graves. Si algo nos dice la psicología machaconamente es que ante todo tenemos que buscar ser felices. La cuestión se centraría por tanto en encontrar cómo: disfrutar de las cosas pequeñas de cada día, amar y ser amado, la paz interior del que perdona y se perdona, haciendo felices a los demás, incluso una relación con Dios amorosa. Otros hablan de que la felicidad es encontrar el sentido de las cosas que hacemos. 

Bien, no tengo nada en contra sino mucho a favor de todo esto mientras no me digan que el objetivo de mi vida es esta felicidad (siendo muy deseable por otro lado).

Alguno me dirá a estas alturas: "¿a dónde quieres llegar Carlos?" Pues os lo digo claramente: toda mi felicidad termina con mi muerte. Parece evidente ¿verdad? Esta es la diferencia entre Platón y Aristóteles. El segundo decía que toda pregunta sobre la vida surge a raíz del asombro que sentimos al conocer las cosas. El primero sin embargo decía que la sabiduría de la vida -que llamaban filosofía- comienza con nuestra pregunta sobre la muerte. En realidad es la misma pregunta. La que surge ante un amor verdadero por ejemplo. Paul Claudel decía: "Decir a alguien "te quiero" es decirle "yo quiero que nunca te mueras, yo quiero que vivas para siempre".

Quizás nuestro tiempo ha dejado de creer. Hemos dejado de creer en los filósofos, en los sacerdotes, en los psicólogos que nos dicen una y otra vez cómo ser felices, sin que sus fáciles y sencillas claves terminen de funcionar.


No, yo no me conformo con nada que se pueda acabar con la muerte. Es simple: no quiero morir, no quiero "acabarme", quiero vivir para siempre y una vida en plenitud y no hay felicidad plena en una vida que se va a acabar (la mía y la de aquellos que amo).

No, el objetivo de esta vida no es ser felices aquí abajo -aunque procuremos serlo lo máximo posible- El objetivo de nuestra vida es conseguir la vida eterna y eso es sencillamente imposible para nosotros. 

Esta es justamente la pretensión de la ideología tecnoidólatra que sostiene el transhumanismo -esto de que mejorando nuestro cuerpo a base de convertirnos en medio cyborgs podremos llegar a retardar la muerte años y años y quién sabe si quizá definitivamente-. 

Es buena esta aspiración. Yo no me conformo con menos. Pero tampoco me conformo sólo con eso. 

De verdad que respeto a los que no penséis igual que yo. Yo hablo de lo que siento. 

Yo quiero ser todo lo feliz que pueda en esta vida pero os aseguro que el deseo que llevo en mi corazón es muchísimo muchísimo mayor: yo quiero vivir para siempre, y no una vida cualquiera, quiero una vida plena, quiero ser como Dios: un Amor fecundo que no termina jamás, una Alegría infinita sin miedo, una Paz inalterable que abraza a todos y a todo en un simple y maravilloso abrazo, una Ternura que ama y es amado sin sombra de duda y para siempre. 

Jesús nunca dijo que vino a hacernos felices. El dijo algo mucho más importante: "Yo he venido para que tengáis vida y VIDA EN PLENITUD".

Se nos habla de conseguir nuestros sueños, de perseguir nuestras metas... Jesús nos habla de obtener la vida eterna. Quizás alguno me responda que el cielo está muy lejos y que él prefiere la tierra. Lo comprendo. Lo respeto. Pero te autoengañas amigo, amiga. No quieres la tierra sólo, quieres mucho mucho más pero no te atreves a desearlo porque no está a tu alcance, ni al mío. 

Pero aquí viene lo más sorprendente: la vida eterna es posible para ti, para mí y para esa persona que murió y echas tanto de menos si dejas que El lo haga en ti.  El Eterno se hizo hombre para que los hombres seamos hecho eternos, eternos como El, eternos con El. 

Recibir esta vida eterna. En esto consiste el propósito de esta vida. ¿Cómo conseguirlo?


Busca y encontrarás... porque éste es el milagro, la alegría más desbordante, lo más asombroso y alucinante, que cuando nosotros dejamos de buscar la Vida, fue la Vida la que vino a buscarnos a nosotros, El, que es no sólo la Vida, sino el Camino para llegar a ella y la Verdad que está detrás de todo. 

En esto consiste la Navidad.

¿Nos dejaremos encontrar? ¿Nos atreveremos a ir hasta el fondo de nuestro deseo? 


Yo no me quiero conformar con menos.