martes, 25 de noviembre de 2014

DIEZ CONSEJOS PARA UN CURA O UN APOSTOL(A) JOVEN



Me atrevo a transcribir estos consejos de Tony Morgan por su interés y porque a mí me han ayudado y me he sentido identificado en algunos aspectos. Que os aprovechen, vienen de un apóstol con mucha experiencia pastoral.

1.- A veces te sentirás abrumado. ¿Conoces ese sentimiento, no? Al igual que no se puede hacer de todo, a veces no estás seguro de por dónde empezar. Esos sentimientos a veces no te dejan ser libre como líder. Habrá temporadas donde estos sentimientos son más fuertes que otras, pero si estás haciendo cualquier cosa de valor es normal que de vez en cuando te sientas abrumado. Estos sentimientos son parte de la vida. Algo que nunca terminarás de superar.

2.- No siempre sabrás qué hacer. Nunca llegas a un punto en la vida en que has aprendido todo. Eres mejor en algunas cosas que en otras. La sabiduría y la experiencia tienen sus beneficios, obviamente pero, independientemente de tu edad - si estás haciendo algo productivo -  aprenderás algo todos los días.

3.- Rara vez vas a estar 100% seguro. Siempre tendrás un elemento de riesgo en tu vida. Siempre te verás obligado a seguir adelante por la fe. Eso es una buena cosa. Así permaneces con los pies en la tierra pero los ojos vueltos hacia Dios.

4.- A veces aprendemos sólo por la experiencia. Y eso es estupendo. Si pones todo tu esfuerzo en algo y no funciona - o no es tan bueno como pensabas que sería - es fácil sentirse frustrado. Pero, el proceso te enseñará algo. El valor de la experiencia de aprendizaje es enorme.

5.- Muchas veces te sentirás subestimado. Habrá un montón de cosas que nadie se dará cuenta de que las has hecho. Las grandes cosas. Parecerá a veces que nadie se ha dado cuenta o que a nadie le importa. Y eso puede no ser cierto. Puede que simplemente estás viviendo una vida plena y otros simplemente están a lo suyo. Como todos los líderes apostólicos encontrarás tu recompensa en el conocimiento y la satisfacción personal deL trabajo bien hecho más que en el reconocimiento público de ese trabajo.

6.- La gente te está viendo.. Qué haces. Qué dices. Aún más lo que  publicas en los medios sociales. Algunos estarán de acuerdo. Algunos no.
Algunos estarán de acuerdo sólo para mostrarte su lado bueno. Decepciónalos y se irán. Dicho todo esto, no te avergüences ante la gente. Esa nunca es la respuesta correcta. Tan sólo tenles en cuenta. Sé suave como una paloma y sabio como una serpiente.

7.- Aprende pronto las palabras de un liderazgo apostólico exitoso. En la línea de lo dicho anteriormente las palabras de un líder tienen un gran peso. No digas "mi" equipo o tu liderazgo no será muy exitoso. El lenguaje de un líder siempre debe ser más inclusivo que exclusivo. Hazte fan de palabras como "nosotros", "nos" y "nuestro". Cuanto más se incluyen a las personas más van a sentirse incluidas y será más probable que sufran contigo y contigo vivan la victoria.

8.- A veces, si creemos en algo lo suficientemente fuerte tenemos que asumir el riesgo de estar solos. Esa es una dura realidad en un mundo que trata de forzar a la igualdad. Pero si eres firme a veces solamente tendrás que estar solo hasta que otros se pongan al día o hasta que comprendan tu idea. Eso no quiere decir que no debas escuchar a quien te aconseje. Deberías. Debes tener mentores y estar abierto a la crítica constructiva. Nunca tomes decisiones importantes sin la aportación de los demás. Pero, no renuncies a lo que sabes que es correcto - especialmente aquellas cosas que sientes que Dios te está llamando a hacer – sólo porque no sea popular.

9.- Las grandes cosas se inician con humildes comienzos. No tengas miedo de empezar desde abajo y trabajar camino hacia la cima. El premio mayor se siente cuando se construyó de la manera difícil. Nunca subestimes el poder de un momento.

10.- Tienes que disciplinarte para descomprimir. Durante la temporada alta de la vida, cuando hay mucho trabajo por hacer, el tiempo es esencial y por tanto tienes que disciplinarte. Para descansar. Para re-calibrar. Para reorientar. Para volver a descubrir la pasión que una vez te alimentó. Para volver a conectar, si es necesario, con una profunda intimidad con Dios. Tienes que disciplinarte para eso. Es esencial para la vida. No descuides tu alma.

Amigos, como terminaban sus sermones los antiguos predicadores así termino este post: "lo cual deseo para ustedes del mismo modo que lo deseo para mí". Dios os bendiga