miércoles, 22 de octubre de 2014

PRESENTE


El otro día charlando con una amiga me decía: "Si miro al futuro no veo nada, me pierdo". Y quién duda de que tener un proyecto, una visión de futuro es importantísimo. Pero la entiendo. Dice Santa Teresita: "Para ser santa sólo tengo el momento presente". Y en realidad el Señor sólo da el pan de su gracia "cada día": el amor necesario para vivir ese día. "No llevéis alforjas- dice el Señor- y comed de lo que os pongan". Qué libertad da el vivir así. Qué alegría tan sencilla y tan sólida. Hoy el Señor me sostendrá. Hoy me voy a entregar. Y estoy convencido de que al final del día le daré gracias por su Fidelidad. "Es bueno dar gracias al Señor y tañer para tu Nombre, oh Altísimo: proclamar por la mañana su Misericordia y de noche su Fidelidad" (Salmo 91). El enemigo nos confunde con el futuro llenándonos de miedos e inseguridades. Y en una cosa tiene razón: Dios no nos asegura el camino. Pero no es verdad -y por eso es el príncipe de la mentira- que eso nos deba hacer temer, porque el Señor sí que te asegura que sea como sea el camino El va a estar contigo. El presente se llama así porque tiene nombre de regalo. Escuché en Roma a Mons. Novell decir que el problema de muchos de nosotros es que no vivimos el hoy. "Sólo por hoy..." Así comienza una oración que el papa bueno, san Juan XXIII hacía -lógicamente- cada día. Te la regalo. Pide esta sabiduría también para mí. 

1.    Sólo por hoy tratare de vivir exclusivamente el día, sin querer resolver el problema de mi existencia todo de una vez.
2.       Sólo por hoy tendré el máximo cuidado de mi aspecto, no criticaré a nadie y no pretender mejorar o corregir a nadie sino a mí mismo.
3.            Sólo por hoy seré feliz en la certeza de que he sido creado para la felicidad, no sólo en el otro mundo, sino en éste también.
4.   Solo por hoy me adaptare a las circunstancias, sin pretender que las circunstancias se adapten a mis deseos.
5.      Sólo por hoy dedicaré 10 minutos de mi tiempo a una buena lectura, recordando que, como el alimento es necesario para la vida del cuerpo, así la buena lectura es necesaria para la vida del alma.
6.       Sólo por hoy haré una buena acción y no lo diré a nadie.
7.      Sólo por hoy haré por lo menos una cosa que no deseo hacer, y si me sintiera ofendido en mis sentimientos, procuraré que nadie se entere.
8.            Sólo por hoy me haré un programa detallado. Quizá no lo cumpliré cabalmente, pero lo redactare.  Y me guardaré a dos calamidades: la prisa y la indecisión.
9.   Sólo por hoy creeré firmemente, aunque las circunstancias demuestren lo contrario, que la buena providencia de Dios se ocupa de mi como si nadie más existiera en el mundo.

10.    Sólo por hoy no tendré temores. De manera particular no tendré miedo de gozar de lo que es bello y de creer en la bondad.